Se sabe que el Caballo Criollo es una raza esquina el cual se ha propagado por toda América del Sur, América central y del Norte. Fue hallado en diversos países del continente que fueron progresando a su manera. El Caballo Criollo es un espécimen que se caracteriza por ser del Cono Sur. Cada año son más las personas que crían a estos animales. Normalmente se utilizan para realizar labores de campo o domestican para disfrutarlos en un rato de ocio.
También es sabido que, durante la prehistoria en el transcurso del pleistoceno, ya había caballos autóctonos por toda América. Tal parece que dicho territorio había correspondido a la región pampeana donde particularmente fueron ricos estos “paleocaballos”.
No obstante, tras la llegada de la humanidad hace más de 11.000 años, todo parece indicar que fue un punto decisivo para la total extinción de esos equinos procedentes de América. Por esa razón para cuando llegaron los europeos a finales del siglo XV y comienzos del XVI ya no había memoria o saberes de los primeros caballos, tan solo quedaban fósiles.
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En cuanto a su descendencia, el caballo criollo viene directamente del caballo ibérico que fue traído por los conquistadores españoles a América. La composición genética de estos caballos ha derivado del caballo berberisco al norte de África, concretamente del cabello del valle del Guadalquivir ubicado en Andalucía y varios que se han congregado en el género de caballos para trabajo designados como “jacas” o “rocines”.
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El caballo criollo en América
Al estar en américa, varios de estos animales lograron escapar de haciendas y entidades religiosas o simplemente, los nativos habían robado algunos.
Dentro del área han creado enormes grupos y cuando ya fueron expuestos a su ambiente salvaje, fue la selección natural y la endogamia que le han determinado las peculiaridades genéticas. Además de eso, los caballos criollos de dicha línea genética habían estado total o parcialmente extinguidas en España y Portugal.
Aquellos especímenes que fueron llevados a América no formaban del grupo de caballos selectos para la reproducción. Es decir, se trataban de caballos rústicos y fuertes utilizados en la España de entonces para trabajar.
No existía una licencia verdadera para la exportación de esos caballos de selección que lograsen crear lotes de fundación. Excepto aquellos que fueron regalados a los reyes de otros gobiernos de la Europa que destacaba en el siglo XV y XVI.
No fue hasta que los caballos criollos fueron reproducidos en abundancia que fueron transportados a América. Tenían un gran precio a raíz del enorme valor práctico y táctico.
Los primeros caballos criollos
Los caballos criollos primerizos que consiguieron acceder a América cayeron en Argentina a manos de los primeros conquistadores españoles. Fue específicamente en la Corriente del Norte donde partieron de la “Entrada del español Diego de Almagro” donde en 1535 procedió por medio de Perú y Alto Perú.
No pasó nada de tiempo hasta que llegó al puerto de Buenos Aires y Brasil. Fue a raíz de la Corriente del Este que se consiguió introducir partiendo del 1530 el ganado a través de Europa.
Fueron caballos criollos que habían sido transportados por Pedro de Mendoza, quien fue el fundador de la Ciudad de Buenos Aires en 1536. Paso un tiempo para que Pedro de Mendoza abandonase Buenos Aires debido a la defensa indígena. De esa manera abandonó los caballos criollos donde éstos comenzaron su reproducción masiva.
Aquellos caballos fuertes lograron sobrevivir y reproducirse. De esa manera lograron aprender a cuidarse de varios peligros exóticos como el puma u otros depredadores. Además de ello, consiguieron aguantar los climas extremos que tenía el medio ambiente de entonces.
Aquellos pueblos aborígenes se habían adaptado al caballo criollo y consiguieron el conocimiento base para alimentarse de su carne. Fue después que consiguieron entablar una conexión simbiótica con el animal dando como resultado la “doma india”.
Reproducción y vida del Caballo Criollo
Regresando a lo que fue su reproducción y origen de estos caballos criollos en el terreno argentino. Fue a partir del siglo XVI que ya habían quedado completamente libres y empezaron la reproducción masiva. Los caballos criollos o baguales se comenzaron a considerar como “realengos”, o sea, tenían la corona española.
Sin embargo, en la práctica se utilizaba por cualquier individuo que vivía como un campesino libre. Esto ocasionó que los caballos criollos se transformasen en un símbolo de influencia.
Con respecto a los indígenas, concretamente los del sur. Por una parte, amansaban a sus caballos y por otra, se comían la carne de las yeguas. Era considerado un manjar exquisito entre sus pobladores.
Algunas peculiaridades de los caballos criollos hicieron especular que se trataría de un tipo de acervo genético asnal. Esto es a raíz de un accidental cruce con la mula fértil.
Se trata de una hipótesis que no puede ser corroborada ya que la descendencia de esas mulas fértiles son equinos puros. Sin embargo, se trata del folklore que involucra al caballo criollo y le da una magia a su origen.
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