El Caballo de Troya fue un enorme caballo de madera, en el que se habían escondido los soldados griegos durante la Guerra de Troya, que los griegos dejaron como una ofrenda ante las puertas de la ciudad sitiada de Troya.
La guerra de Troya representa una de las batallas más épicas e iconicas de todos los tiempos
Contenido del árticulo
Historia del Caballo de Troya
Según la Eneida de Virgilio, las fuerzas griegas no podían entrar en Troya a causa de las altas murallas y los sistemas de defensa que la protegían desde hacía diez años. Los habitantes de Troya, grandes creyentes de los dioses, debían ser vencidos con una trampa, elaborada por Ulises. Las tropas griegas se retiraron de la llanura y dejaron sólo un gran caballo de madera ante las puertas de la ciudad. Los habitantes de Troya, al ver el caballo, pensaron que era un regalo de los dioses y lo metieron dentro de la ciudad. Por la noche, los soldados escondidos salieron y abrieron las puertas de la ciudad, por lo que permitieron que el ejército griego invadiera la ciudad. La frase timeo Danaos te da ferentes ( teme los griegos incluso si llevan obsequios) de Virgilio, se ha convertido en una frase hecha para indicar regalos envenenados.
Estos hechos suceden después de lo que cuenta la Ilíada de Homero y antes de lo que sucede en la Odisea, del mismo Homero, ambos escritos en el siglo VIII aC. Entre el 29 aC y el 19 aC, Virgilio escribió la Eneida inspirándose en las dos obras homéricas.
El caballo de Troya sale mencionado dos veces en la Odisea:
Ah, verá qué hacer y en qué arriesgarse la estrenu
dentro del caballo pulido, donde nos sentábamos todos los más nobles
los argivos, los troyanos llevando el destrozo y la parca!
Mes, a ver, pasa este punto y canta’ns el aseo
del caballo de madera, que Epeo hizo con Atena,
como dentro de la ciudadela, con engaño, Ulises entrarlo,
el divinal, rellenado de los guerreros que Ilion mezclaron.
El caballo de Troya en el lenguaje
En el uso moderno del lenguaje, un «caballo de Troya» se ha convertido cualquier estratagema que permita introducir el enemigo dentro de un recinto protegido y teóricamente seguro. Mucho más frecuentemente, en informática, se emplea la expresión «troyano» para designar (impropiamente, sin embargo, porque el caballo originario no es troyano, sino el enemigo de los troyanos, de hecho) un programa que se presenta como útil o inofensivo para inducir al usuario a instalarlo y hacerlo trabajar, a menudo con consecuencias nefastas.
