Toros de Guisando

Los Toros de Guisando son un conjunto escultórico que se sitúa en el cerro de Guisando, en el término municipal de El Tiemblo, en la provincia de Ávila (Castilla y León).  Están situados en la provincia de Ávila limitando con Madrid, en el Cerro de Guisando, en la sierra de Gredos.

Toros de Guisando

Se datan entre los siglos II y III antes de Cristo, con preferencia a la creación en el siglo II aC, durante la Edad del Hierro. Se trata de cuatro esculturas realizadas en granito que representan cuadrúpedos, identificados como toros o verracos (cerdos sementales), con preferencia a la suposición de que se trata de toros, ya que algunas de las piezas presentan, en la cabeza, agujeros considerados para la inserción de cuernos.

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Las cuatro esculturas se encuentran lado contra lado, formando una línea en dirección Norte-Sur y todas ellas mirando hacia el Oeste, hacia la loma del cerro de Guisando, del que reciben su nombre, dejando a la espalda el arroyo tórtolas, frontera natural que separa las comunidades de Castilla León y Madrid. La importancia de la ganadería para la subsistencia del pueblo veto hacer suponer que estas estatuas eran protectoras del ganado, aunque esta es solo una de las muchas teorías planteadas en torno a la función de estas esculturas.

Contenido del árticulo

Características de los Toros de Guisando

El origen de estas cuatro esculturas se desconoce, ya que son mucho muy antiguas. Tienen una longitud de aproximadamente dos metros y medio o más, estas figuras están esculpidas en piedra Granítica lo cual ha permitido que el paso de los años no haga mella en tan invaluables objetos.

El Toro o el dios Tauro ha sido objeto de veneración desde tiempos inmemoriales, por lo que se deduce que es muy probable que dichas estatuas de piedra fueran en honor a tal dios. Otra de las posibilidades es que anuncien las cuatro estaciones desde su posición del naciente al poniente. Por otra parte, se cree que pudo haber sido el paso de entrada a un templo que protegía el ganado y la fortaleza del pueblo, ya que el toro es considerado un animal viril, fuerte y potente.

En algunas de las esculturas se encuentran hendiduras donde se cree estaría colocados los cuernos que con el paso del tiempo desaparecieron.

En la provincia de Ávila, existieron varias culturas, Los Vetones y las Tartésicas, donde influyeron muchísimo los cartagineses, cada cultura es más antigua que la otra y en todas, el toro fue un animal ampliamente venerado. Incluso en sus ritos de adoración a los dioses solían sacrificar a seres humanos para que protegieran el ganado pues eran culturas que Vivian de la ganadería.

TRATADO DE LOS TOROS DE GUISANDO

El paraje que da nombre al Tratado de los Toros de Guisando se debe porque en el siglo XV entre el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel I de Castilla (la futura reina Isabel la Católica) firmaron la proclamación de aquella como (Príncipe de Asturias y Princesa de Asturias) y, con ello, la de heredera al trono.

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